lunes, 7 de febrero de 2011

I have to convert the dark clouds in light bright



No sé por qué lo hago; por qué razón estoy aquí, acompañándlo... ¿ésta vez lo valorará?

Estoy hambrienta y algo derrotada. Ha sido un día largo; de esos de los que cuesta acabar en pie a tan solo transcurridos veinte minutos de las diez de la noche. Apenas puedo articular palabra por el cansancion que se apodera poco a poco de mi cuerpo... Pero, ¿a él le importa? ¿a quién le importa.

¿Por qué me hace sentir así? ¿Acaso hoy es un día más, soy una chica más y ésta es una ciudad más en todo el mundo? ¿Por qué razón lo pregunto? Sé de sobras que no. Se que no salgo de la singularidad de alguien que vive su vida, pero sé que, ante todo, soy alguien que intenta consumir sus minutos como si fueran los últimos, como si no quedara nada trás la cultima carta de naipes o el final del camino.

Siempre he intentado sobrevivir a aquello a lo que me ha sometido la vida. Y no me malinterpretéis, jamás me he quejado. En cierto modo, me gusta; es mi reto, es mi juego. Pero, reconozco que a veces se hace dificil.

Hace unos dias hablaba del poder de las palabras, el poder que éstas pueden ejercer sobre nosotros con tan solo su única prnunciación y hoy he decidido quitarles de su poder ya que he pensado en aquellos momentos en los que éstas se niegan a ser con vertidas en actos puros y amables que sortean nuestros problemas; cuando éstas obtan por no convertirse en una realidad. Cuantas veces ecuchamos "eh! aquí estoy para lo que necesites!" cuando acabamos de contar nuestras penas y delirios y sonreimos agradecidos cuando en realidad el buen amigo, opta por actuar y olvidar la propuesta de que acudas a él. Dios, cuantas veces pensé" mmm.. eres estúpido o no ves que realmente te necesito?"

En fin, el caso es que hoy he decidio utilizar las palabras para brillar, para pintar mis historia con rico léxico y gran engranaje estético y poético. Pero sobre todo, para hacerlas cumplir más que nunca. Porque puedo mantener la cabeza bien alta y decir que mi palabra nunca falló, siempre fue mía, siempre actuó.

1 comentario:

Laia García dijo...

Me gusta la importancia que le das alas palabras y que de pronto se la quitas. Tienes razón, a veces las palabras nos confunden, nos "desquilibran", nos hacen perder el sentido común...nos traicionan.

Nunca hubiera pensado en quitar a las palabras, algo de nuestro día a día, la importancia que tienen. Pero es que es verdad. A veces las cosas parecen algo porque es lo que nos dicen, pero en realidad, no son más que algo oculto tras las acciones que qualquiera puede llevar a cabo.

En latín había una frase que no sé como era en latín pero al traducción venía a ser algo como..."las palabras se las lleva el viento".

E fin, espués de esta parrafada hecha con palabras quizá insignificadas, solo diré otra frase, que no sé de quien es pero bueno...sirve igual..."¡hechos, no palabras!"