domingo, 16 de enero de 2011

El poder de nuestras palabras



Hoy me acordé de algo que leí hace tiempo... El poder de nuestras palabras; un buen amigo escribió sobre ello, dándonos una vez más una valiosa lección sobre como priorizar contenidos, hacerlos tuyos y extraer un buen conocimiento a partir de una base sólida y rica en principios bañados de madurez y sabiduría.
Sé que dije que dejaría ésto, pero sentía que también me estaba dejándo a mí misma, y eso no, por eso no paso.
Todavía recuerdo, tiempo atrás, mi yo, ése del que a veces hablo; Vaya si los recuerdo, es entonces cuando llegan a mi memoria todos esos tiempos en los que todo parecía algo más sencillo y menos quebradizo. Me recuerdo como si fuera ayer, escribiéndo en la escuela, esperándo que alguien me leyera... Y así era, había un alguien que me leía y me puntuaba contestando a todo aquello que escribía.
Por aquél entonces no era consciente del hincapié que hacía aquella mujer en derrotar aquellas palabras que hacían de mí el ser más pesimista y oscuro que probablemente hubiera conocido. Hoy le doy las gracias, a ella y a mis libros, quienes hicieron una gran labor en enseñarme a escribir.
Sin embargo, fueron las palabras de alguien quienes me animaron a continuar escribiendo, las que me salvaron una vez más. Las que volvieron a mí, como siempre. Las que te despieron a ti abuela, la que te saludaron a ti por primera vez Noa, las que te consolaron a ti Judith cuando la distancia impidió estar cerca de ti, las que fueron leídas por mí y me ayudaron tanto Rubén, las que hicieron estremecerme hace dos cumpleaños Zoila, palabras... Dichosas palabras, qué buenas son.
Y sé que es increíble, pero lo cierto es que cuando más profundo es nuestro silencio, más cobra importancia todo aquel poder que desprenden nuestras palabras, de todo aquello que dejamos atrás, de todo lo que nos negamos a olvidar, de todo aquello que deseamos repetir mientras lo explicamos con ellas, las palabras.
Palabras, qué haríamos sin ellas...

Mis palabras recorrieron fuego, cenizas y escarcha, pero no os voy a engañar, nunca me abandonaron.

1 comentario:

Serinstantes dijo...

ME alegro que no hayas podido dejar esto, me alegro de que sigas... de que sigas con lago que tan bien sabes hacer, nunca dejes de escribir, de plasmar en plabras o en fotografas, nunca dejes de cantar, ni de leer, nunca dejes aquello con lo que disfrutas... Yo seguiré aqui, siempre.
Z